La mordida, un aspecto fundamental de nuestra salud bucodental, desempeña un papel crucial no solo en la estética de nuestra sonrisa, sino también en la funcionalidad general de nuestra boca. Comprender la naturaleza de una mordida normal y cómo esta se alinea con la salud dental general puede ser el primer paso para abordar cualquier inquietud ortodóntica o dental que pueda surgir.
En este artículo, exploraremos en profundidad la oclusión dental, que es la forma en que los dientes superiores e inferiores se alinean al cerrar la boca, y las fases clave en el desarrollo de una dentadura adecuada. Te guiaremos a través de los indicadores de una mordida normal, cómo identificarla y las implicaciones de no tener una, además de discutir los tratamientos disponibles para corregir cualquier anomalía.
1. Entendiendo qué es la oclusión dental y fases clave en el desarrollo de la dentadura:
La oclusión dental se refiere al alineamiento de los dientes cuando la mandíbula está cerrada y cómo encajan los dientes superiores con los inferiores. Este concepto es fundamental para la función masticatoria, la estética y la salud oral general.
Durante el desarrollo de la dentadura, desde los dientes de leche hasta la dentición permanente, la oclusión va cambiando y es monitoreada por dentistas para asegurar que el patrón de crecimiento es el adecuado. En esta fase de transición, pueden aparecer problemas que comprometan la erupción de los dientes definitivos como pérdida de piezas dentales, hábitos perjudiciales, apiñamientos, erupciones en la encía, etc.
2. ¿Cómo identificar una mordida normal? (Clase I)
Una mordida normal, o Clase I, se caracteriza por la alineación adecuada de los dientes con una relación armónica entre los arcos dentales. Estos son los puntos que indican una mordida correcta:
- Los dientes superiores encajan ligeramente por delante de los inferiores
- Los picos de los molares encajan en los surcos de los molares opuestos.
- La línea media de los incisivos superiores debe coincidir con la línea media de los inferiores, de lo contrario podría haber un problema de simetría mandibular.
- No debe haber espacios excesivos o superposiciones significativas. En ese caso, estaríamos hablando de mordida abierta o sobremordida.
- Al cerrar la boca, los dientes superiores cubren aproximadamente un tercio de los inferiores.
- El canino superior se alinea con el canino inferior y el primer premolar. Esta alineación favorece la distribución equitativa de la fuerza masticatoria, protegiendo los dientes y la mandíbula de cargas excesivas.
3. Qué pasa si no tienes una mordida normal y tratamiento:
Las maloclusiones, o mordidas anormales, pueden conducir a una variedad de problemas, como dificultad para masticar, hablar, desgaste dental y estrés en la articulación temporomandibular. Dependiendo del tipo y la gravedad de la maloclusión, los tratamientos varían desde el uso de aparatos ortodóncicos para corregir la posición de los dientes y los huesos mandibulares, hasta procedimientos quirúrgicos en casos más severos.
El tratamiento temprano, especialmente en niños, puede prevenir complicaciones a largo plazo y promover un desarrollo dental saludable. Es esencial una evaluación por un especialista para determinar el mejor curso de acción y asegurar una función y estética óptimas.
La oclusión dental no solo influye en la estética y la función masticatoria, sino que es un indicador clave de la salud oral general. Mantener una mordida normal es esencial para evitar problemas dentales y maxilofaciales en el futuro. Si tienes dudas sobre tu mordida, consulta con nuestro ortodoncista, el doctor Pedro J. Sánchez para una evaluación y asesoramiento personalizado.